Trastorno del Espectro Autista y Discapacidad Intelectual, ¡Un divorcio Necesario!
Hay una realidad para los(as) chiquitines(as) con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y es que aproximadamente 35 de cada 100 de ellos(as) tienen comorbilidad con Discapacidad Intelectual y 25 de cada 100 tienen un cociente intelectual entre 71 y 85 (en el borde), según los estudios de prevalencias. No obstante, hay que ser enfáticos(as) en la palabra COMORBILIDAD, porque, aunque el DSM-5-TR (2023) ha mejorado su descripción del TEA y ahora los Niveles estén vinculados a la necesidad de soporte, no es enfático en que el TEA no es igual a Discapacidad Intelectual.
Lo que hace establecer un diagnóstico de TEA no tiene nada que ver realmente con la capacidad intelectual. Como se indica, hasta el momento en el DSM-5-TR (2023), los criterios para el diagnóstico son: Las alteraciones en la Comunicación e Integración Social, los Patrones Repetitivos y Restrictivos (comportamientos, intereses y/o actividades), Presencia de esas alteraciones en las Primeras Etapas del Neurodesarrollo que pudieron no hacerse visibles hasta que apareció la Demanda Social, o se Enmascararon (taparon) con las estrategias compensatorias de la persona, y todo lo mencionado causa un Impacto Social, Laboral o en otras Áreas de la Vida. Como pueden observar, en ningún criterio está nada relacionado con que la persona tenga X o Y capacidad intelectual.
Esto es importante, porque escucho con frecuencia a niños(as), adolescentes y adultos, sentir preocupación de que al tener un diagnóstico de TEA las demás personas asuman que tienen dificultades en sus capacidades intelectuales, cuando un porcentaje de ellos(as) no las tiene.
El TEA, es un trastorno donde lo que se ve impactado es el funcionamiento y desenvolvimiento SOCIAL, la COMUNICACIÓN, algunas veces exclusivamente lenguaje pragmático, que es justamente la utilización del lenguaje en el contexto social y esos PATRONES REPETITIVOS que en muchas ocasiones son intereses, o son actividades y no propiamente conductas como las AUTOESTIMULACIONES o movimientos en las manos, dedos, giro, etc. en los que se acostumbra a pensar.
Y no menos clave es que, en algunos casos, se ENMASCARA el diagnóstico por muchos años, hasta que llega LA DEMANDA SOCIAL o que las HABILIDADES de la persona para adaptarse se ven SUPERADAS.
Esto último se me hace muy importante darlo a conocer, porque muchas personas no entienden, no se explican o no creen que su familiar tenga TEA porque "no se lo ven", pero OJO, porque aunque no lo "vean" puede existir, estar allí, estar ENMASCARADO y generando sufrimientos y dificultades, haciendo que esa persona no logre hacer ese CLICK interno que le diga qué pasa con él o ella y le permita ENTENDERSE Y AVANZAR!
Escrito por:
Dra. Sigem Sabagh S.
Doctora en Neurociencia Cognitiva Aplicada.
Magister en Neuropsicología.
@neurosabagh
Comments
Post a Comment